Hace un par de semanas, la analista Mary Meeker ofrecía en la conferencia Re:Code su estudio anual de tendencias en internet. Un estudio en profundidad que analiza desde el social media, hasta la mensajería instantánea pasando por la confianza de los consumidores que no dejó indiferente a nadie.
Entre sus conclusiones y predicciones, destacan 5 tendencias que han generado una gran conversación. Una de ellas es la tendencia hacia la privacidad de las comunicaciones por parte de los usuarios de todo el mundo.
Para demostrarlo, Meeker mostraba dos gráficas, una mostrando la media de usuarios mensuales de las principales redes y apps de mensajería, en la que aquellas plataformas con encriptación gozaban de mayor popularidad, y otra en la que se reflejaba el aumento de la encriptación del tráfico global.
Sin embargo, para Debra Aho Williamson, analista de eMarketer, relacionar ambas gráficas es un error. En primer lugar, porque la primera solamente refleja datos de 2017, fecha en la que ni Messenger, ni Instagram habían anunciado sus planes de encriptación de mensajes.
“Poner servicios con menor número de usuarios en la parte superior (Telegram, iMessege) implica que la presencia de la encriptación end-to-end es responsable del crecimiento de uso”, explica la analista.
Por su parte, la segunda gráfica solo tiene en cuenta el porcentaje de tráfico de aquellas webs que utilizan el protocolo de seguridad HTTPS y, por lo tanto, “solo es un reflejo del cambio de las necesidades de seguridad de las empresas a medida que el tráfico mobile ha ido en aumento y no del deseo de los consumidores por la privacidad”.
Así, según eMarketer, el uso de las apps de mensajería se mantendrá por debajo del de las redes sociales a pesar de que las primeras ganan tracción entre los usuarios.
Otra de las tendencias que Meeker destaca en su informe es el impulso que las compañías tecnológicas latinoamericanas están dando al mercado digital en la región. Ejemplo de ello es Rappi, un servicio de comida a domicilio que ha alcanzado la denominación de “unicornio” tras superar los 1.000 millones de dólares de valoración.
Esta startup colombiana que opera en los principales mercados de la zona ha transformado, según el analista Matteo Ceurvels, la forma en la que los consumidores latinoamericanos realizan sus transacciones online.
De hecho, en Brasil, el porcentaje de usuarios que piden comida a domicilio vía app ha pasado del 44% al 58% en el último año.
El mercado chino también evoluciona hacia nuevos modelos de negocio como el “Consumer-to-Manufacturer” en el que los compradores interactúan directamente con los fabricantes a quienes expresan sus preferencias que se aplican posteriormente a los procesos de producción para ofrecer el máximo nivel de personalización.
Una tendencia que se consolidará en el país asiático de la mano de la automatización que aumentará la eficiencia de los procesos y abaratará costes.
Ejemplo de este modelo es Pinduoduo, servicio que permite a los usuarios comprar en grupo para conseguir los precios más bajos y que es todo un éxito en el país con unas ventas estimadas de 141.450 millones de dólares este año y un crecimiento esperado del 63,5% en 2020 hasta alcanzar los 231.240 millones de dólares.
La fragmentación del consumo de medios es una realidad. El uso creciendo de las segundas pantallas está marcando la manera en la que los marketeros abordan la publicidad en televisión y cada vez cobra más importancia el vídeo digital, especialmente, a través de dispositivos móviles.
Las líneas entre vídeo digital y televisión se difuminan cada vez más. Sin embargo, eso no quiere decir que la televisión no siga siendo un medio importante. En Estados Unidos, el visionado de televisión lineal se mantiene en 4 horas y 7 minutos, por encima de las 2 horas y 13 minutos del vídeo.
Finalmente, otra de las tendencias que se ha hecho evidente en los últimos años es la cada vez mayor utilización de las imágenes, en sustitución de las palabras escritas, algo que se traduce en el mayor uso de apps visuales como Snapchat y, sobre todo Instagram, cuya base de usuarios no deja de aumentar.
Aunque el cerebro está diseñado por defecto para procesar mejor las imágenes que las palabras, para el analista Mark Dolliver, la sustitución de las palabras implicaría importantes cambios en la sociedad y establecería una división clara entre aquellas personas que tiene mucha información y aquellas que no la tienen.
Aunque según el experto habrá gente que seguirá aprovechando el potencial de internet y de la tecnología para obtener grandes masas de información, otras se centrarán en imágenes y, a medida que esto suceda y las palabras se conviertan en la segunda opción, las personas tenderán a estar menos informadas, con las consecuencias que eso conlleva.
Por: Marketingdirecto.com