Cuando una inteligencia artificial crea una obra…¿podemos considerarlo arte? Y, más importante, ¿sabríamos diferenciarla de una pieza creada por humanos?
Giovanni Corazza es presidente del centro de supercomputación CINECA y fundador del Instituto Marconi para la Creatividad, en Italia. Aprovechando su presencia en el Encuentro Internacional Artes, Emociones y Creatividad, celebrado estos días en el Centro Botín (Santander), hablamos con él sobre la posibilidad de que una inteligencia artificial se convierta en un artista, un proceso que a primera vista requiere no solo de habilidades técnicas, sino también de la capacidad de transmitir emociones.
“La inteligencia artificial (IA) puede ser parte de un proceso creativo – comienza a explicarnos Corazza – y lo hará. Por ejemplo analizará todos los archivos de la moda pasada y con Big Data propondrá nuevos estilos, en un tiempo mucho menor del que nos tomaría a nosotros analizar la historia de la moda. Somos nosotros los que tendremos que decidir en el futuro lo que vale la pena o no. El peligro es que dejemos que todo el proceso creativo quede en manos de una IA”.
Un ejemplo de esto es el proyecto Next Rembrandt, una iniciativa de Microsoft que exploró la posibilidad de “crear” una obra del maestro holandés, mediante software, las principales características de su estilo.
Para ello se examinó toda la colección del trabajo de Rembrandt (346 pinturas), utilizando escáners de alta resolución. En total unos 150 GB de información, lo que equivale a unas 100 películas de 2 horas. Un algoritmo de reconocimiento facial identificó y clasificó los patrones geométricos más típicos utilizados por Rembrandt para pintar rasgos humanos. Luego se utilizaron los principios aprendidos para replicar el estilo y generar una nueva pieza, basándose en la edad de los sujetos retratados, hacia dónde miraban, si tenían o no vello facial y otras características.
Pero las pinturas no son solo 2D: tienen una notable tridimensionalidad que proviene de pinceladas y capas de pintura. Para recrear esta textura, se recurrió a escáners 3D que analizaron las pinturas de Rembrandt y se creó un mapa de altura usando dos algoritmos diferentes para imitar las pinceladas utilizadas por Rembrandt.
Y el resultado es este…