Aunque existe una imagen idealizada del trabajo que realizan los profesionales de
publicidad y marketing, posiblemente marcado por lo que aparece en series y
películas, lo cierto es que su jornada laboral está lejos de ser tan glamurosa.
En lugar de estar pensando todo el tiempo en ideas brillantes, están atrapados en
reuniones eternas. No están siendo siempre innovadores. Posiblemente estén siempre
respondiendo a múltiples mails llegados de jefes, compañeros y diversos clientes.
De hecho, como acaba de demostrar un estudio, el tiempo que los marketeros
dedican a su trabajo de más valor solo es el 19% de su jornada laboral.
La cifra es impactante y un tanto deprimente. Es también el punto de partida de
un análisis que publica Clickz sobre lo que hacen los equipos de marketing que
logran mejores resultados. Son aquellos que pueden dedicar más tiempo a la
creatividad y la innovación y los que no ven cómo se van las horas en cubrir
menudencias. Son cinco hábitos clave que ayudan a crear un marco en el que es
posible obtener mejores resultados.
Una organización de los procesos
En cierto modo, existe la creencia de que, cuando se es creativo e innovador, el
orden importa muy poco. La realidad es sin embargo un tanto más compleja y la
creatividad implica también trabajo. En el caso del trabajo en marketing, ser capaces
de organizar bien las cosas, el qué y cómo se hace resulta además crucial.
No va a ser un lastre para el trabajo creativo o para la innovación, pero sí una gran
ayuda para reducir el trabajo redundante, las pérdidas de tiempo o recursos o las
interminables reuniones que parecen que no van a llegar a nada. Si se quiere poder
dedicar tiempo y atención a las cosas que se siente que son importantes,, hay que
organizar el día a día para crear fluidez en el trabajo.
Centralizar el trabajo
Y en ese camino para crear rutinas de trabajo y organización en el análisis también
recomiendan centralizar el trabajo. Según apuntan, con ello se logra mejorar la
transparencia y la confianza del equipo, pero también se crea una seguridad sobre
que se logrará hacer el trabajo.
La colaboración se vuelve más sencilla, porque existe un ‘hub’ central al que todo el
mundo tiene acceso y que clarifica qué está ocurriendo y quién debe hacer qué. El
trabajo individual y los equipos reducidos siguen operando, pero lo hacen en un
contexto en el que las cosas están más claras.
La colaboración debe venir acompañada de un contexto
Este punto se ha convertido, alertan, en todavía más importante en la era del
teletrabajo. La tecnología ayuda a gestionar el flujo de trabajo y a comprender qué
está haciendo cada persona, incluso cuando cada una de ellas está en su casa
trabajando en remoto.
Esto no supone estar mandando interminables cadenas de emails, sino crear un
entorno colaborativo que haga las cosas más fáciles y sencillas. Existen múltiples
herramientas tecnológicas que ayudan a lograrlo.
Las tareas repetitivas se pueden automatizar
Los marketeros planean automatizar el control de objetivos, el seguimiento de
presupuestos, finanzas y tiempo de trabajo o la gestión de recursos durante los
próximos años. Son tareas repetitivas, pero que consumen mucho tiempo y que
llevan al equipo a perder horas de trabajo. Si lo puede hacer una máquina, es elmomento de dejarlo en sus manos para liberar tiempo para los equipos para hacer
cosas más valiosas.
Las cosas están cambiando: ha llegado el momento de ajustarse a
esos cambios
Y, finalmente, los equipos más innovadores son siempre muy conscientes de cómo
cambian las cosas y de cómo deben adaptarse y cambiar su trabajo para responder a
esos retos.
Por ejemplo, ahora mismo, los equipos más eficientes se están centrando en mejorar
sus capacidades en experiencia de cliente, respuesta más rápida o mejora de la
comunicación con los stakeholders. Digamos que no se duermen en los laureles y
son conscientes de que necesitan un trabajo constante.