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Inteligencia emocional, la soft skill que demandan las empresas

¿Están fallando las empresas apostando todo a la tecnología? ¿Empiezan a darse cuenta de que no lo es todo? Es cierto que la tecnología nos rodea en todo momento y a todas horas. De hecho, no concebimos nuestro día a día sin nuestros dispositivos móviles. No nos despegamos de ellos y damos gran valor a las plataformas digitales que utilizamos para comunicarnos con el mundo.

Las herramientas tecnológicas también se han posicionado dentro de las empresas como un elemento fundamental, ya sea dentro de la misma empresa como para conectar con los consumidores para llegar a ellos de forma más efectiva. Si nos fijamos en los departamentos de marketing de los últimos años, vemos como el valor que se le daba al trabajo creativo se ha desplazado a los profesionales con perfiles muy técnicos como analistas, estadísticos, matemáticos y profesionales TI.

Si embargo, las empresas y las marcas saben que el trabajador del futuro no puede contar únicamente con capacidades tecnológicas. Sólo hay que ver la importancia que se le da a los expertos en storytelling y los nuevos fichajes por parte de las empresas tecnológicas a la hora de contratar expertos en humanidades para incorporarlos dentro de equipos de inteligencia artificial.

El trabajador del futuro necesita tener inteligencia emocional. Aspecto fundamental para llegar a conectar con los consumidores y desarrollar campañas y estrategias de marketing que consigan empatizar con las necesidades e intereses del público objetivo. Son pocas las personas que tiene este perfil: una parte técnica muy pragmática y una inteligencia emocional desarrollada para gestionar nuestras propias emociones y las de aquellos que nos rodean.

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos para gestionar, comprender o manejar nuestras propias emociones. A su vez, no solo ayuda a mejorar nuestra calidad de vida, sino a desarrollar y a tener mejores relaciones con los demás.

Además, la calidad de vida de unas personas es directamente proporcional a la calidad de nuestro estado mental, por ese motivo es tan importante para las empresas encontrar perfiles tan multidisciplinares, de gran polivalencia, proactividad y adaptación al cambio. Estas son las virtudes que más codician los currículums y demandan las empresas.

El director de estrategia de Lee Hecht Harrison, Juan Luis Goujon, empresa especializada en desarrollo del talento y gestión de carreras profesionales, indicó en una entrevista que ser un trabajador emocionalmente inteligente es «cada vez más determinante» en el mercado laboral.

«Según una encuesta recientemente realizada en Estados Unidos a más de 2.600 técnicos de selección y profesionales de RRHH, el 71% dijo valorar más la inteligencia emocional (EQ) que el coeficiente intelectual (IQ). Además, el 59% descartaría candidatos con un IQ alto pero con un EQ bajo», asegura. «No hay un sector o ámbito personal o profesional donde las habilidades sociales no sean importantes, y cada día más, en la medida en que estamos en un mundo globalizado e hiperconectado”.

El poder de la inteligencia emocional

Aunque contar con personal que posea una inteligencia emocional muy desarrollada dentro de los equipos es a lo que se aspira, menos de una de cada cinco empresas apuesta por hacer trainings de IQ para empleados que no ocupan puestos de supervisión o management.

Un individuo emocionalmente inteligente tiene una autoestima adecuada, control sobre sus propias emociones y reacciones, facilidad para motivar a las personas y marcarse objetivos y un equilibrio entre eficiencia y tolerancia que le permite superar situaciones difíciles. El poder real de una persona con inteligencia emocional es su capacidad para conectar con los consumidores.

La IA no sustituye lo emocional

La Inteligencia Artificial y la automatización han acelerado su penetración en el trabajo cotidiano de las empresas. Su incursión en todos los procesos de una empresa ha llegado para quedarse, sobre todo entre los trabajadores no necesitan aplicar inteligencia emocional. Los trabajos que quedan por hacer son que los que las máquinas no pueden cumplir porque no cumplen con las características.

De este modo, el 61% de los directivos considera que la inteligencia emocional se convertirá en un “must have” en los próximos años, y que sólo los perfiles que cuenten con esta capacidad llegarán a triunfar en el mundo laboral.

Por: FMK

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