Los menores piden cada vez más pronto su primer smartphone. Las excusas son varias pero, ¿hay razones para dárselo? ¿Cuándo?
De acuerdo con la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), casi el 70% de los menores de entre 10 y 15 años tiene un teléfono móvil. Al menos un millón de niños y niñas con la edad justa para abrir sus primeras cuentas en redes sociales, ya tienen móvil. Otra cosa es que tengan la responsabilidad para ello.
Según un estudio llevado a cabo por la compañía tecnológica noruega Xplora, el 60% de los niños y niñas han pedido un teléfono móvil antes de los 9 años. La muestra se llevó a cabo sobre 400 familias, con hijos de entre 5 y 12 años. Poco más de uno de cada cuatro lo han solicitado con 7 años o menos. En cuanto a las razones para comprarlo, un 73% de los padres y madres entrevistados señala como motivo “la tranquilidad que supone estar en contacto con su hijo-a”.
Una proporción muy similar a la de los mayores a los que les preocupa el acceso que permiten los smartphones a contenidos inadecuados para la edad de sus hijos, un dato que asciende hasta el 87% en el caso de los padres y madres de más de 45 años.
El estudio se hizo público durante la presentación del XPLORA 4, un teléfono 4G (precisa una tarjeta SIM) en forma de reloj que no permite el acceso a internet ni a RRSS. El reloj/teléfono es sumergible, cuenta con cámara de fotos, facilita la localización del menor e incluye una función de control parental. También cumple con las normativas de la Agencia de Protección de Datos.
En términos tecnológicos se trata de un producto fiable y seguro. ¿Qué ocurre en lo educativo? Si bien es cierto que incluye una plataforma, GOPLAY, que busca estimular la actividad física y las salidas al exterior en los menores, hay muchos más aspectos que hay que considerar.