Se puede llegar a pensar que los usuarios que más expuestos están a los ciberataques son aquellos que tienen poco conocimiento digital por pasar poco tiempo en la red. Pese a que puede darse el caso, lo cierto es que usar el móvil durante un número elevado de horas puede llamar la atención de estas personas que se dedican a cometer crímenes virtuales.
Esto se debería, en principio, a que ese extenso período de tiempo sería un atractivo a la hora de elegir a las víctimas. Así, al menos, lo asegura un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oviedo, la Universidad Politécnica de Madrid y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
El trabajo está basado en la teoría de actividades rutinarias de estilo de vida. Este es uno de los enfoques teóricos más aceptados para estudiar la victimización por delitos cibernéticos y su relación con el uso adictivo del móvil.
«Las personas con mayor riesgo de convertirse en víctimas tienen más probabilidades de tener estilos de vida que consisten en pasar más tiempo en público (especialmente de noche) y lejos de la familia y ser próximas a grupos de alto riesgo», explican los investigadores. Esto significa que la decisión de atacar a una persona u otra dependería, en cierta medida, del estilo de vida de la misma.
La adicción al móvil, un predictor de victimización de ciberataques
La adicción al móvil sería una de las nuevas variables que se han encontrado que influyen en la probabilidad de sufrir ciberataques Un mayor abuso de esta tecnología implica una mayor exposición al medio digital y, por lo tanto, a los ciberdelincuentes, que encuentran brechas de seguridad. Pero no se queda ahí, puesto que ofrece más posibilidades de coincidir en el espacio y el tiempo con un cibercriminal, convirtiéndose en una potencial víctima.
«Los resultados del estudio nos permitieron identificar la adicción a los teléfonos inteligentes como un importante predictor de victimización por delitos cibernéticos», afirman. «Este efecto es importante y ocurre de dos formas. Afecta a los efectos indirectos e influye directamente en la victimización por delitos informáticos (efecto directo). Este efecto directo es particularmente relevante, ya que sugiere que los usuarios más adictos al teléfono también muestran una mayor tendencia a la victimización por delitos cibernéticos», detalla el equipo investigador.
Saber esto ayudará a la detección precoz de colectivos vulnerables a los ciberdelitos. «Conocer estas variables nos permite diseñar estrategias de detección más concretas y centrar la atención en algunos componentes que no se han contemplado hasta ahora en la identificación y la prevención de los ciberdelitos», concluyen.